La realidad educativa de la institución, ha estado orientada por la misión, visión, objetivos y principios institucionales y pedagógicos contemplados en el PEI, parámetros que no han permanecido estáticos, por el contrario a través de los diferentes momentos se ha podido evidenciar no sólo la imagen que la institución ha tenido en el municipio y la región, sino el impacto que han generado las metas y planes de mejoramiento; desde las gestiones y las condiciones de calidad, hechos que se visualizan en el desempeño de los egresados académicos y normalistas superiores, en las diferentes regiones del país.
Uno de los principales desafíos que ha asumido la Normal Superior para los próximos años radica en mejorar la calidad y equidad de la Educación mediante un sistema educativo que apoye la formación y el desarrollo humano, de manera que puedan generarse condiciones de vida óptimas para toda la sociedad.
Por lo anterior, el Plan Sectorial de Educación 2010- 2014, denominado por el Gobierno Nacional como “Educación de Calidad: El camino para la Prosperidad” en el que se propone que “la calidad de la educación está relacionada con múltiples factores: las metodologías de enseñanza y aprendizaje, la formación de los educadores, los sistemas de evaluación implementados, la manera en que están articulados los niveles de formación, la capacidad e infraestructura institucional y el marco conceptual y jurídico que organiza y da soporte al sistema educativo, a través del cual se hace explícito que la educación de calidad es un derecho al que todos los ciudadanos deben acceder” (Ministerio de Educación Nacional, 2011).
La educación rural en nuestro país, infortunadamente, dista de la calidad educativa que se logra en las ciudades; esta situación tiene que ver con múltiples factores, entre los que se le puede atribuir a los gobiernos mucha responsabilidad; también, la necesidad de los niños del campo de ayudar en los trabajos y producción de las fincas, las largas distancias que algunos se ven obligados a caminar para llegar a la escuela, entre otros. Pero también se conoce de algunos esfuerzos por disminuir esta brecha, especialmente, en lo que concierne a la educación de los niveles de preescolar, básica primaria y postprimaria contrarrestando la deserción escolar y mejorando la cobertura en el sector rural y que generó la implementación de un sistema educativo de cobertura nacional denominado Escuela Nueva; desde hace cuatro décadas. (González & Regalado, 2013).
Este sistema orienta recursos y formación docente, lo que sin duda tiene una notable intención, pero sin repercusión suficiente en el contexto educativo colombiano. En la IENS, se ha implementado la pedagogía activa con el sistema escuela nueva para el caso de las Sedes educativas rurales: Antonia Santos, Antonio Nariño, El Carmen, La Bella, La Candelaria, La Floresta, El Porvenir, La Guzmana, La Mora, Patio Bonito, San Javier, San Jorge, San Juan, San Pablo, Santa Bárbara, Montealegre, La Gómez, La Florida y el Porvenir. Se indagó sobre la educación rural, cuya población objeto de estudio está determinada por los estudiantes y docentes de todas las sedes educativas en las que sirven los niveles de preescolar y básica primaria de los centros educativos en mención. La Pureza, El Táchira, San José del Nare, La Ceiba y San Matías también sedes de la IENS además de los niveles antes mencionados ofrecen el modelo educativo de postprimaria que brinda a los adolescentes y jóvenes de la zona rural un sistema pedagógico que permite ampliar la educación básica primaria de sexto a noveno grado en las zonas rurales.